domingo, 18 de noviembre de 2012

La previa

Sala de embarque en Punta Arenas (English version, below) Una sensación extraña. Como la del temor a sentir algún rechazo u hostilidad, una vez en destino, no por algo que yo haya hecho o dicho, sino por el pasaporte y la ciudadanía que llevo puestas desde que nací. Como cuando algún compatriota bardea a algún americano o inglés (o brasileño, o chileno) por la misma causa, perdiendo la perspectiva...de que son simplemente personas. Siento que vengo a (auto)probar que lo contrario -cortesía entre la gente a pesar de los conflictos a otro nivel- no solo es posible, sino que es lo que DEBE pasar. Y que cualquier conflicto entre personas por causas que nada tengan que ver entre ellas sino por otro orden, no es más que una estupida pérdida de distancia. Creo en esa 'coexistencia a través de las diferencias', en ese quebrar entre personas las barreras que nos ponen las nacionalidades, las banderas y los colores (y, sobre todo, los pecados del pasado de OTRAS personas...). Y, al modo de un conejillo de Indias voluntario, en eso me estoy 'zambullendo', yendo a buscar la experiencia empírica en donde más sensiblemente me puede llegar a tocar. En tren de autosinceramientos, he ahí una de las razones personales principales de mi viaje. Como si se tratase de ir a comprobar una convicción que hasta el momento se ha mantenido en el plano teórico.

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