jueves, 22 de noviembre de 2012

Malvi/klands. Día 5.

El quinto día en Malvi/klands fue el final para las excursiones. Y para completar la cuestión de la guerra del '82 como tema excluyente. Fue, durante la mañana, un día bastante frío y nublado al punto que acordamos posponer la visita a los restantes campos de batalla porque allá arriba, en los montes, estaría excesivamente frío. Fue una movida inteligente: durante la hora del almuerzo el cielo se fue abriendo y, aunque estaba terriblemente ventoso, con sol el paseo fue más llevadero. Pido disculpas si este relato, como el de ayer, se centra mucho en el aspecto bélico -prometo que es el último y que, como ayer, lo haré con un sesgo de "para todos y todas". Ayer comenté que la guerra del '82 se empezó a definir cuando en sus últimas 4 semanas los británicos desembarcan todo, hasta sus fish & chips, un grupete va y liquida Goose Green -el más importante núcleo argentino después de Stanley/Pto Argentino- y todos los otros, en hinchada, se dirigen hacia la capital, completamente a gamba porque los pilotos criollos les habían hundido el barco que llevaba las valijas, por así decir. O sea, andá a reclamarle a Aerolíneas. Hete aquí que la capital está rodeada de unos 7 u 8 montes, que era donde los 'Argies' esperaban agazapados a los 'Brits'. Es muy loco pensar que esto se dio ayer nomás, cuando en nuestras radios sonaba "Do you really want to hurt me", "Just an illusion" o "Funkytown". Fue ayer! Muy surrealista, pero así fue. La cosa es que los Brits llegan a los montes donde los estaban esperando los Argentinos, y es ahí donde se da uno de los capítulos más terribles de esta guerra absurda, en la que los combates se dan cuerpo a cuerpo, tiros a 10 metros de distancia, o metrallas que liquidan a 15 adolescentes a tiro de piedra. Será 'la guerra', pero fue una masacre igual. La historia termina con que, a pesar de los pequeños grandes actos de heroísmo individual, los británicos van tomando uno a uno los montes y en menos de una semana van pastoreando a los reclutas argentinos que iban retrocediendo hacia el centro de la capital, por una avenida de acceso en la que se iban concentrando todos y a la que la saña británica podría haber bombardeado sin más para liquidar el pleito ahí nomás, pero por la que decidieron seguir concentrándolos hasta tenerlos todos juntos y negociar la rendición, lo que finalmente sucedió, para regocijo de los isleños (la "Liberación"). Todo en menos de 1 semana: un paseo. El 14 de junio del '82, con el Mundial de España arrancando para calmar nuestra tristeza. Acto seguido los británicos meten a todos los conscriptos argentinos en un barco de vuelta a C Rivadavia y ponen a sus jefes militares a hacer sus deberes: colaborar para sacarle las minas a los campos, etc. Se cuenta que muchos de estos jefesse arrancaban los emblemas de grado para poder ser embarcados con los conscriptos. Paradojas del destino.Romperse durante años la baja espalda para ascender, para que en el momento de la verdad se quiera ser uno más. Los médicos británicos atendían a los argentinos como si fueran los propios, se dice. Lo que sí es cierto es que los soldados firmaban una declaración jurada por la que se comprometían a no hablar jamás de lo visto en la guerra. Así como tenían prohibido durante la ocupación decirle a la familia que le faltaban cosas, comida, abrigo, etc. Presiento que hemos vivido envueltos en una gran mentira de la que nos tenemos que despertar. 
En breve: hoy visitamos algunos de esos montes de batalla en los que se veían agujeros en el suelo semicubiertos de precarias "paredes" de piedras apiladas (las famosas 'trincheras') intercalados con agujeros en el piso, bien redonditos, de metro y medio de diámetro (los bombazos), cocinas de campaña, pedazos de tela de avión, vientos de carpa, etc. El punto culminante fue la visita al Monte Longdon, donde se dieron uno de los combates cuerpo a cuerpo más feroces de la guerra. Luego, nos fuimos al aeropuerto a ver los restos de los bombardeos Brits. Y, para hacer un 'break', caminata en Gipsy Cove, una senda de trekking sobre una playa de arena blanca y aguas azules, muy bonita....aunque a la que no se puede acceder porque es campo minado. Otro día de muchísima información en mi cabeza. 
El día no terminaba a las 18h. Ahí fui pensativo, al súper, a proveerme de comida. Al pasar por el escaparate de los vinos noté algo interesante. Había vinos de todos lados, incluso unos pocos argentinos. Pero todos tenían la banderita de origen junto con la etiqueta del precio...menos los vinos de Argentina, en cuyo lugar de banderita estaba el logo del súper.
El día siguió. Y me fui de "pub crawl" (expresión en inglés que literalmente significa algo así como "gatear" o "reptar" por bares, y que en español es algo muy parecido al 'rotetion'). Primero fui al más popular de la ciudad, el Globe Tavern -muy fiel a los pubs ingleses-, donde acordé con un viejo veterano isleño que debe andar cerca de los 80 años que iría a conversar con él al día siguiente. Luego fui al "Victory", al que tenía cautela de ingresar porque es 'militantemente' pro-Brit, de esos para los que no sirve decir que uno va en son de paz. Lleno de banderas UK. Aunque finalmente nada pasó. Pero vi un detalle interesante. En el baño, junto al lavabo, vi una tapa de inodoro colgando de la pared, en el espacio que comúnmente va el espejo. "Qué espejo más original" -pensé-. Y levanté la tapa....y qué era? No, no era un espejo. Era una foto de Galtieri, tamaño revista, sobre la que una inscripción decía, acompañando sus fechas de nacimiento y muerte: "May you rot in Hell you asshole" ("Que te pudras en el infierno, vos hijo de puta"). Original no dejaba de ser. Cerré la recorrida por el Deano's Bar, en el que dialogué con un personaje no menos singular: Patrick, que tenía el alma soberanamente besada por la cerveza. Patrick es el caso de un kelper anglo que estudió en Córdoba durante los años 70 (su español era muy bueno, y muy Argento) y que tiene muchos amigos en Argentina. Se casó con una chilena. Durante la guerra del '82, a sus 20 años, se puso la camiseta de 'partisano' y con su hermano comenzó a cazar soldados argentinos a escopetazos, por los montes: "Teníamos que salvar a la Patria: las Falkland -decía en perfecto español-". Hizo ademán como que se había boleteado a unos cuantos criollos. Dicho ésto, se tapó la cara y se puso a sollozar, como por 10 minutos: el remordimiento lo había atrapado. Y repetía: "son cosas de políticos y gobernantes. Las gentes son (sic) buenas. son ellos", y se volvía a cubrir los ojos, pidiendo perdón en castellano. Para sacarlo del tema le pregunté si realmente se usaban y el "che" y "pasou-librei" como expresiones en las Malvi/klands, lo que efectivamente me confirmó y me agregó un par más (todas provienen del mismo origen: los gauchos rioplatenses que trabajaron en las islas en los siglos XIX y XX: "rincon grandei" (un sector del corral de ovejas) y "camp" por 'campo', el 'countryside' en inglés. 
Lo saludé, me paré y me fui a las 23h. Había sido otro día muy activo, y tenía un jueves interesante por delante, el día 6 de mi viaje.

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